Embalse de Barbate, parque natural Los Alcornocales

De fácil acceso por la vecina localidad de Benalup Casas Viejas y a escasos 10 kilómetros se encuentra la presa del embalse de Barbate, obra hidráulica civil junto al Cortijo Isla Verde, con un acceso muy cómodo pusimos las monturas a ras de agua, dejamos las cañas en casa, tomamos asiento y comenzamos nuestra particular singladura en las fresquitas aguas del embalse de Barbate.

Se diferencian cinco grandes unidades físicas dentro del parque natural: La Sierra de las Cabras, macizo carbonatado de fuertes pendientes. El extremo norte, con una morfología suave de vertientes tendidas.
El Macizo del Aljibe. Los Montes de Algeciras-Tarifa y los Depósitos postorogénicos periféricos, que en contraste con los anteriores, configuran un paisaje mas o menos plano del que despuntan suaves vertientes y cerros alomados, así como llanuras aluviales.

El soporte geológico lo constituye en mas de un 90% de su superficie, la llamada unidad del Aljibe, en la que dominan las areniscas. El relieve es mas pronunciado en la zona norte con el pico del Aljibe, siendo al sur mas moderado oscilando entre los 300m de altura

Encontramos 5 embalses dentro del parque, Guadarranque, Celemín, Hurones, Charco Redondo, Barbate y Almodovar, su uso principal es el abastecimiento de las zonas urbanas y riego, realizándose en algunos de ellos actividades deportivas, como la pesca del Black Bass y Turismo Activo (rutas en kayacs,canoas) y uso público.

Biodiversidad

Encontramos grandes masas de alcornoques, quejigos y acebuches, también encontramos en menor medida zonas de replobación de pino, dehesas y matorrales.

Alcornocales: Comprenden la unidad del Aljibe y el area del campo de Gibraltar, el sotobosque es formado por palmito, mirto, acebuche o coscoja en altitudes bajas y por madroño, genista, labiérnago y alardierno oscilando entre los 200 y 900 m.

Quejigales: Figurando entre los mejores conservados de la Península Ibérica, ahora se encuentran en expansión. El sotobosque es formado por plantas lauroides como acebo, durillo, laurel u ojaranzo y helechos.

Acebuchales: Se encuentran en altitudes entre los 100 y 200m, sobre suelos arcillosos. Se observan desde bosquetes densos con gran diversidad arbustiva hasta en zonas adehesadas, mezcladas con lentiscos sobre pastos de bujeos. Los encinares escasos se encuentran en la zona Norte sobre los relieves mas suaves, en zonas en contacto con las areniscas aljíbicas, este suele aprarecer acompañado de quejigos.

El atractivo natural de este parque acoge unos bosques en galería o de rivera excepcionales, capaces de transportarnos a regiones subtropicales ausentes en la actualidad en el continente europeo. Se localizan en los denominados canutos, valles profundos y estrecho excavados por los ríos que constituyen una comunidad florística exclusiva en la Península Ibérica.

Encontramos una vegetación laurisilva relicta del terciario, siendo un fenómeno insólito en el continente. Formados por laurel, rododendro, avellanillo, durillo, aliso, acebo, y ejemplares de helecho poco común en nuestros bosques.

VEGETACIÓN:
El parque se caracteriza por el bosque de alcornoque más extenso de España y uno de los más grandes del mundo, en un magnífico estado de conservación aunque manteniendo el aprovechamiento humano del corcho. A diferencia de los montes alcornocales de otras latitudes donde la espesura es baja, en esta zona los árboles forman auténticos bosques acompañados de una rica y variada vegetación arbustiva y herbácea en íntima conexión, que asegura la regeneración natural del bosque, una buena mezcla de edades, y una biodiversidad florística y faunística muy elevada.

Pero, además de alcornocales, el Parque tiene representadas otras masas forestales importantes tanto cualitativa como cuantitativamente. Merecen destacarse los bosques de quejigos o robles andaluces, relictos de épocas pasadas que conforman bosques de indescriptible belleza, donde la humedad ambiental y edáfica es la protagonista, con los troncos y ramas colonizados por líquenes, musgos, helechos epífitos y algunas plantas superiores que trepan en busca de la necesaria luz que escasea al nivel de suelo por causa de la elevada densidad de la cubierta y el gran tamaño que alcanzan las hojas de éste árbol. También es normal la presencia de otras especies típicas del bosque mediterráneo, como acebuches, y roble melojo.

El terreno es de sierras relativamente suaves, de hasta 1.000 msnm, con algunos valles encajonados denominados canutos en los que corren pequeños arroyos de montaña, que propician la otra característica fundamental del parque y la comunidad vegetal más relevante desde el punto de vista científico, unos bosques de galería de tipo subtropical o laurisilva que son únicos en la Europa continental, con presencia de laurel, rododendro, avellanillo, durillo, aliso, acompañados por acebo y helecho, sumamente raro en estas latitudes, aunque este tipo de vegetación ocupaba la mayor parte del centro y sur de Europa durante la Era Terciaria.

Los Alcornocales cuenta con el honor de poseer en varios de sus canutos el tipo de planta vascular más antigua que vive sobre la tierra, un helecho que únicamente puede encontrarse en varias zonas tropicales del planeta en áreas alejadas varios miles de kilómetros de su ubicación europea.

FAUNA:
La riqueza faunística del parque viene determinada igualmente en gran parte por su posición geográfica. La posición en el extremo más meridional de Europa le convierte en paso periódico obligado, hacia y desde África, de millones de aves migratorias que convergen en esta zona en su búsqueda estacional de alimento y de un clima más benigno para su desarrollo.

Por ello, Los Alcornocales es un verdadero paraíso para los aficionados a la ornitología, que acuden año tras año a contemplar el paso fundamentalmente de las aves planeadoras: cigüeñas, milanos, halcón abejero, águila calzada y culebrera, buitres, alimoches y un sin fin de otros muchos pájaros que recuperan energías en el Parque o esperan que las condiciones climatológicas sean favorables para el siempre problemático paso del Estrecho de Gibraltar.

También son importantes las poblaciones de mamíferos por su variedad y abundancia. Con un poco de suerte, en Los Alcornocales pueden observarse meloncillos —en el Parque se conservan las mayores poblaciones europeas de esta mangosta—, ginetas, nutrias, turones, gato montés y comadrejas entre los carnívoros, y ciervos, cabra montés y corzos entre los herbívoros. Estas sierras tienen el privilegio de albergar la última población de corzos andaluces de la raza denominada morisca, en el límite suroccidental de la distribución mundial de la especie.

En cuanto a la presencia del lince, los datos actuales se muestran contradictorios, pero es posible que existan algunos ejemplares en los bosques más recónditos, lejos de la presencia humana.

HISTORIA:
Los Alcornocales está enclavado en un lugar estratégico, junto a él se unen el Atlántico con el Mediterráneo y, casi, Europa con África. La posición geográfica es uno de los aspectos que más han marcado los avatares de su patrimonio, tanto de carácter natural, como cultural. Su poblamiento comienza hace decenas de miles de años, tal y como demuestran yacimientos arqueológicos cercanos pertenecientes al hombre de Neandertal, o los restos de grabados y pinturas rupestres que se remontan al Paleolítico y Neolítico.

Pero son sin duda los abrigos de la Edad de Bronce los que más llaman la atención del visitante. Del más de medio centenar de cuevas existentes, destacan por su valor artístico y por su singular temática la Cueva del Tajo de las Figuras, considerada como la capilla sixtina del arte rupestre esquemático; la Cueva de la Laja Alta, que alberga un pequeño catálogo de las primeras embarcaciones que surcaron el mediterráneo procedentes de oriente; y el Cueva de Bacinete, con más de un centenar de representaciones pictográficas en magnífico estado de conservación.
Tras los primeros pobladores, otros muchos se asentaron en este espacio, superponiéndose culturas y civilizaciones, que han aportado un peculiar matiz etnológico y un legado de fantástica riqueza: monumentos megalíticos, restos ibéricos, fenicios, romanos, fortalezas árabes, etc. Muchos de los pueblos que hoy integran el Parque Natural alcanzaron su apogeo durante el reinado nazarí, cuando constituían la línea fronteriza occidental del Reino de Granada. Todavía hoy conservan muchos rasgos andalusíes en sus cascos históricos, típicos de pueblo blanco serrano. Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera o Medina Sidonia son magníficos ejemplos de ello.

Fuentes:
Parque Nacionales
Fotografía:
Kameta

Equipo Apeská, abril 2011

~ por Apeská en 24 abril, 2011.

4 respuestas to “Embalse de Barbate, parque natural Los Alcornocales”

  1. precioso lugar el que nos muestras con tan magnificas fotos y tan bien documentado a veces no nos damos cuenta de lo bonito y cerca que tenemos las cosas, lastima que lo estemos destruiendo todo tan rapido.

    un saludo.

    dani.

  2. ke gozada de crucero os habeis dado. cuanta maravilla y lo cerca ke la tenemos. gracias por acercarla aún más.

    vito

  3. Hace falta algun tipo de permiso para echarse con tu Kayak?.Nunca he salido en aguas de interior.

  4. Estupendo reportaje, un paisaje maravilloso, un embalse muy bonito.

    Una cosilla, para navegar en ese embalse sí que hace falta permiso de navegación que expide la Agencia Andaluza del Agua. De hecho, para todos aquellos embalses o tramos de ríos que no estén bajo auspicio de la Agencia no tienen permitida la navegación. Así que cuidado, que al menos en los embalses que frecuento sé que de vez en cuando piden la documentación.

    Saludos.-

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